
-"Chanson juste pour toi..."
-No entiendo nada, de verdad.
-Parece que todo empieza de nuevo, pero no es cierto. Nada parte de cero, tan sólo los contadores de los aparcamientos.
-Mírame bien.
Pero ella sigue cantando. "Quelques notes et tous mes regrets"...
-Mírame.
-¿Qué?
-Mírame. ¿No ves nada?
Lo atraviesa con la mirada. No, no ve nada, es transparente, acaso de hielo. O tal vez es su forma de mirar.
-No puedo creerte, estás disimulando. Mira mis manos: están temblando.
Ella mira hacia otro lado y se ve a sí misma, reflejada en el espejo del dormitorio.
-Tengo la boca seca, voy a coger algo del frigorífico. ¿Te traigo alguna cosa?
Antes de responder "no", la agarra por el brazo.
-¿De verdad no ves nada, Rosanna?
-Nada. Lo siento.
Camina hasta la cocina sin prisa, en medio de la oscuridad, sus pasos suenan débiles sobre el parqué. Abre la nevera y coge una botella de agua. Bebe a tragos largos, con cierta ansiedad, pero, al terminar, de nuevo desanda con la misma parsimonia.
Cuando vuelve, la cama está vacía. Y Carla Bruni termina: "C'est une chanson en souvenir / pour ne pas s'oublier sans rien dire / S'oublier sans rien dire."
Recordatorio: Taking off
Cuando vuelvas, si vuelves, acuérdate de que has pasado por aquí. Y cuando te vayas, si es que vienes, recuerda dónde me has dejado, a dónde he tenido que llegar para olvidarte, para no olvidarme de olvidarte. Y si no apareces, seré yo quien no podrá quedarse, la única que nunca estuvo en este lugar.
Músicas de hoy: Frozen pool, Christina Rosenvinge, año 2000. Symphony nº 2 / Interlude from Orphée / Concerto for saxophone quartet and Orchestra, Philip Glass, año 1998.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire