
A la salida del concierto permanecimos sin hablar durante un largo rato, casi hasta llegar a su casa, donde nos encontramos con otro de los Georges, que nos sacó de nuestro estado hipnótico contándonos la última trifulca entre socialistas y gobierno en la Asamblea Nacional. Unos minutos después nos despedimos, el viejo Georges me dio las gracias por haberle acompañado y yo seguí caminando el largo trecho que me quedaba en dirección al apartamento. Poco antes de entrar en mi portal, una de las putas del barrio me aseguró que me veía más guapa que nunca; le pregunté por qué y me dijo que no sabía, que si estaba embarazada o algo así. Imposible, le dije. Pues tienes esa belleza, respondió.
Le di las gracias con un beso. Luego pensé que, en aquellos tiempos, seguramente ella hubiera posado para Modigliani.
1 commentaire:
Tuvo que ser precioso ese concierto, con sólo leer tu post es fácil que a uno se le ponga la piel de gallina.
Enregistrer un commentaire