
Pasamos juntos la nochebuena, me maquillaba y me hacía fotos, nos emborrachamos con ron cubano y fumamos marihuana... después llegaron mejores noticias para él y peores para mí. Ahora los dos somos felices, él en Madrid, yo en París, pero seguimos siendo como aquellos novios que en tiempos se carteaban todas las semanas y que hacían cola una vez al mes para hablar por teléfono desde la cabina del barrio.
Feliz cumpleaños, Pedro. Te quiero.
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