
Aunque sigue haciendo frío, los días despejados traen momentos en que parece haber llegado la primavera y el sol se vuelve tibio y las sonrisas se dibujan en las miradas de la gente. Los conductores de autobuses ya no se frotan las manos para espantar el frío y te dan los buenos días o las buenas tardes sin ese amargor sombrío tan propio de la luz continental. Las parejas no sólo se abrazan, también se besan, y los mercados de la calle adquieren otro color en las frutas y en las flores. Y hasta el gobierno ha sonreído, aparcando la reforma laboral. Es la primera primavera que paso en París, y aunque mi cuenta corriente está en bancarrota, corren buenos tiempos para la lírica.
1 commentaire:
¡París en primavera!Éso cura todo.
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