
En la oscuridad, los objetos pierden su perspectiva y las voces, incluso tus voces, parecen brotar de cualquier lugar ajeno a ti. Y cuando hay música, sale de dentro, y el miedo es una pluma que te roza y eriza la piel. Nunca me ha asustado la penumbra, es peor la luz de la calle, la luz de la televisión, la verdadera cara de la realidad visible. En la negrura todo es relativo, hasta lo peor de la existencia humana. No soy de esas personas que se deprimen cuando están solas, en la cama, encerradas en sus más negros pensamientos. La falta de colores no me obsesiona, es mucho peor la ausencia de sueños.
La opacidad, por el contrario, es sensual.
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