14 février 2006

Just a perfect day

Miro las novedades cinematográficas de esta semana, la mitad de las películas son francesas, hay una finlandesa, una tailandesa, una danesa, una alemana, una holandesa y tres norteamericanas, es la excepción cultural, me digo, salgo a desayunar en un pequeño café que hay cerca de casa, me acompaña un compañero de apartamento, está hasta las narices de estudiar y necesita algo de aire fresco, hablamos del tiempo, de las ganas de primavera, de los demás que viven con nosotros, de los chicos, de las chicas, de París vs. Madrid, de los estudios que nunca parecen acabar, cojo el metro, me acerco a dar un paseo por el mercado de Saint-Germain, paso un rato en el centro deportivo Crèche, donde me esperan Marie y mi padre, comemos algo antes de que ellos se vayan de compras y yo a coger el metro para descansar un rato y escribir mis cosas en casa de Monique, que estará en Bruselas hasta pasado mañana, miro sus últimos trabajos fotográficos de edificios públicos para el ayuntamiento, el último de sus collages, aún sin terminar, me ducho, me cambio, me echo un rato en el sillón, la luz, a través de las ventanas, va perdiendo brillo, bostezo, me quedo adormilada mientras pienso que mi día de descanso no es como el perfect day de Lou Reed, es un día sencillo como otro cualquiera, inolvidable entre un millón.

Aucun commentaire: