25 janvier 2006

DIY


No concibo el placer como objetivo último, pero sí como camino. Tal vez por eso siempre he huido de los prejuicios, y no pocas de los lastres pedagógicos que vienen embutidos desde la infancia, esos códigos que dicen genéticos y que muchas veces no son más que patrañas de la educación formal. Sólo así, siendo recalcitrante en esos no-principios, he conseguido desenmascarar lo que verdaderamente soy, me gusta, me atrae o me repele. Y he cometido errores, pero de esos también he sacado conclusiones enriquecedoras; aún así, muchas menos que de los aciertos.

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