Olvidé decir que no puedo vendarme el corazón.
Olvidé escribir que no soy un bombón de menta, ni una piscina de hierba fresca.
Olvidé mencionar que en este país no hay paradores.
Olvidé hablar de mi soberbia, de mi tren azul, de Miles Davis.
Olvidé comentar que no tengo ningún interés en morder las flores mientras hago el amor, ni en cambiar mi forma de mirar a las hormigas.
Olvidé conversar sobre la ciudad donde habrá un taxi que conduzcas tú, y el desierto en que nos encontremos los dos.
Olvidé recordar que él dormía en un fotomatón, y que Cielo es un lugar donde nunca pasa nada.
Pero no me olvidé de tus lágrimas. Ni de las mías.
Cruzaré ese puente. Cuidaré de ese dolor. Por amor al comercio.
Olvidé escribir que no soy un bombón de menta, ni una piscina de hierba fresca.
Olvidé mencionar que en este país no hay paradores.
Olvidé hablar de mi soberbia, de mi tren azul, de Miles Davis.
Olvidé comentar que no tengo ningún interés en morder las flores mientras hago el amor, ni en cambiar mi forma de mirar a las hormigas.
Olvidé conversar sobre la ciudad donde habrá un taxi que conduzcas tú, y el desierto en que nos encontremos los dos.
Olvidé recordar que él dormía en un fotomatón, y que Cielo es un lugar donde nunca pasa nada.
Pero no me olvidé de tus lágrimas. Ni de las mías.
Cruzaré ese puente. Cuidaré de ese dolor. Por amor al comercio.
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