Encuentros inesperados

He recibido un correo inesperado de Moisés, un chico al que conocí en la facultad el año pasado, lo más parecido a un novio que he tenido. Es muy romántico (me refiero al correo), algo que no me esperaba de él (ahora me refiero a Moisés), porque, o ha cambiado mucho, o ha copiado algún párrafo de Goethe, o alguien le ha soplado palabras que no están en su diccionario de uso común.
Dice que ha vuelto a Madrid y que me está buscando (sic), y que ha encontrado mi dirección buscando en msn, poniendo mi nombre de mil formas para dar conmigo. Dice que echa de menos aquellos tiempos (¿tiempos? no recuerdo que fuera más de una semana...) y que está por las tardes en un bar de copas de Chueca, ayudando a un amigo en las fiestas.

La frase de hoy, sin duda: "No volveremos a ver la melena blanca de Susan Sontag, no escucharemos nunca más su voz fuerte y a la vez aterciopelada, no encontraremos en los periódicos los artículos de análisis, de crítica y también de protesta e indignación que nos aseguraban que la honradez intelectual seguía obstinada en no ser una mera conjunción de vocablos". José Saramago.
Música para las masas: Sinfonía 10 en mi menor op. 93, Shostakovich; Sing me out the window, múm.

10:45 h. Respuesta (extractada) hard girl al mensaje de Moisés: "Gracias por tus esfuerzos para dar conmigo. Me alegra saber de ti, que estás bien. Desgraciadamente, debo pasar unos días en cama, sin salir de casa. ¿Tal vez más adelante? Besos. R."
11:15 h. Respuesta (id.) de Moisés a mi mensaje: "¿Enferma? ¿Puedo ir a verte a casa? ¿Dónde vives? ¿Cuál es tu número de teléfono? ¿A qué huelen las nubes?"
11:41 h. Respuesta a la respuesta con preguntas de Moisés: "¿Hablamos por msn, mejor, y quedamos en algo?"

Recuerdos Inesperados

Qué curioso. Hablando con un amigo sevillano por msn (no hago otra cosa en estos días, casi), ha surgido la frase "¡qué recuerdos!". Y me han venido a la memoria momentos de la infancia, de esos que se guardan en algún lado y un buen día, de repente, salen de su letargo de años. Por ejemplo, un desayuno con mis padres oyendo Blue Monday, de New Order; o un día, tirada sobre una alfombra de lana, oyendo canciones de Joy Division; o una noche por las calles de París, en coche, con Suburbia a toda pastilla... y algún otro que no nombro, por no ruborizarme. Y el de hace unos días, oyendo Waiting for the night en la terraza de casa, bebiendo Protos con un par de amigos, con la noche de Madrid iluminada, a nuestros piés. Seguro que desaparecerá pronto y volverá, de repente, quién sabe cuándo.