09 janvier 2007

La excusa

Vale: párate si quieres, pero que sepas que si te paras, pierdes. Cerrar y reflexionar es tan inútil como emborracharse para olvidar, porque no reflexionas ni olvidas, sólo agrandas el agujero, como en esa canción de Dead Cab For Cutie donde el orificio del suelo empieza del tamaño de una crisálida y acaba devorando la habitación. Haz lo que quieras, date chocazos contra la pared, grita en el desierto o enciérrate en el cuarto de baño y gasta el rollo de papel higiénico enjugando tus lágrimas, suicídate lentamente, escupe a la imagen del espejo, haz todo lo que quieras para comprobar que eres lo peor. ¿Y luego? Nadie te dijo que esto era fácil, siempre lo has sabido, así que no me vengas con esas de que vas a salirte para hacer uso de esa frase hecha que dice que desde la reclusión se piensa mejor. Repítetela mil veces y mil veces te estarás engañando.

1 commentaire:

Anonyme a dit…

A mi, encerrarme no me ayuda a salir del problema, pero me ayuda a coger fuerzas para enfrentarlo. Hay que coger impulso, lo que implica volver atrás.
En ocasiones, tener una escusa es mejor que no tener nada.

Saludos