27 janvier 2007

In my room

Hace frío. No tanto como para no salir. Es un tiempo precioso para oír a Cyann and Ben, o a Single (y acordarse de Le Mans, de paso), precioso para estar amando a alguien que no existe, para que me apetezca, aunque no exista, para ser amada, aunque no haya nadie al otro lado de esa frase. Un grado afuera, la noche limpia recién estrenada, apenas coches por mi calle, apenas gente. Monique está trabajando para el periódico, Michelle está trabajando en el café, Jean está estudiando, Jean-Paul está con depresión, Marie-Eve está con Françoise, y viceversa.
No me gustó mucho María Antonieta, me encantó Babel, estoy leyendo de nuevo a Murakami. Luna menguante, o creciente, nunca supe cómo era. Tengo las luces apagadas, camino a pasos de ratón, descalza, medio París está cenando, el otro medio lo está pensando, el móvil está apagado, me llega por email la programación de Le Triptyque, echo un vistazo a Le Monde Diplomatique, mi portátil es la lámpara de la sala, los cristales se empañan. La ducha me espera. Voy a salir, necesito algo de frío en la nariz, ponerme los guantes y caminar bajo esas nubes, caminar encima de las hojas de los árboles.

1 commentaire:

Anonyme a dit…

Hola,

vi que me agregaste al msn y me hizo ilusión, aunque no me conecto mucho.

La luna dicen que es mentirosa. Cuando crece es una D y cuando decrece una C. A mi me gusta pensar que juega con nosotros. Tan sola alguna diversión debía tener.

Saludos,

Tomás.