25 novembre 2006

Inflexión

El viejo coleccionista de canciones tristes llamó a mi puerta.
Traigo canciones de todo el Mundo, dijo, hechas con lágrimas de mujeres dulces y también de hombres rudos. Traigo canciones de cristal hechas con colores imposibles, canciones compuestas del revés, canciones olvidadas en el tiempo y recordadas sólo por mí. Traigo canciones de un segundo y canciones eternas, traigo una vida de canciones breves escritas para ensombrecer la Humanidad. Traigo mi propia desgracia en una canción, dijo, y su mirada se quebró un instante. Traigo canciones de miel y de sal, de luz y apatía, canciones de fuego y de cera y tristes, muy tristes canciones concebidas para hacer reír. Buscó en un saco algo para mí, algo para darme, pero no halló.
Te escribiré una, viejo, para que la añadas a tu colección.

1 commentaire:

Anonyme a dit…

me encantó el texto... lo escribiste tú?.