01 mai 2006

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Jugar al juego de no mirar, tú, y no tocar, él. Cierras los ojos, desnuda, sobre la cama. Él puede hablar, decirte: vuélvete, levanta el brazo, siéntate... y tú obedeces, siempre con los ojos cerrados, siempre en esa inercia de no saber qué está haciendo, qué me observa, qué huele.
Como en Memoria de mis putas tristes, él sólo contempla mi cuerpo, disfruta o sufre.
Yo soy su meretriz, él es mi náufrago.

1 commentaire:

CY a dit…

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