31 janvier 2006

Volver

Mi padre me ha pedido que le devuelva sus discos de Joy Division. Quiero volver, me dijo.
He leído mucho sobre ellos, sobre sus conciertos, sobre el grado de ascetismo que la gente de aquella generación llegó a vivir sufriendo con sus canciones; sobre el legado de Ian Curtis, de su muerte. Cuando mi padre me los dio, me rogó que los guardase donde él no pudiera verlos. No soportaría la tentación de volver a escucharlos, me dijo entonces. Más tarde comprobé que no era el único, que muchas otras personas de su edad tenían ese miedo, que, en cierto modo, hacían todo lo posible por enterrar ese pedazo del pasado. ¿Y New Order? Ah, bueno, eso es otra cosa, era otra cosa, nos acompañaron en la salida a flote, encendieron la luz y luego se desvanecieron. Y nosotros con ellos.
Un día, poco antes de perderla, mi madre me dijo que ella y mi padre se estaban planteando recuperar todo lo que dejaron abandonado cuando tenían mi edad. Sé que la petición de mi padre tiene que ver con eso, y también con promesas que se hicieron antes de morir mi madre, y también debe tener algo que ver Marie... por eso se los he devuelto encantada, sin hacer preguntas y sin esperar respuestas.

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