27 janvier 2006

Les vieux Georges

Es el nombre de la tertulia más veterana del café donde trabajo, y se llama así porque George es el nombre coincidente de sus tres fundadores, feroces amantes de Víctor Hugo, que se reúnen todos los jueves desde mediados de la década de los cincuenta. El primer día de trabajo, sobre una fotografía que está colgada junto a la mesa donde se sientan a elucubrar de sus cosas, me trasladaron al día en que Cortazar compartió charlas con ellos, unos años antes de Rayuela.
-También Sartre se sentó aquí, en esta misma silla -me dijeron, señalando hacia la que llaman "la chaise Sartre"-, pero de eso, por desgracia, no guardamos prueba documental ni fotográfica.
Ayer, al término de sus debates sobre Mozart, uno de los George, el más viejo de todos, me llamó para hacerme entrega de un libro de poemas, autoeditado por los tertulianos, con una dedicatoria que dice “Después de tantos años de lectura, de tener los ojos arrasados con el deleite de la literatura, de tantos personajes y heroínas y galanes y tiranos, después de tener ya una edad en que creíamos haberlo vivido todo con los libros, nos preguntamos: ¿de qué novela has salido?” y las firmas de los tres.
Hay días que pasan, que se derraman como agua de lluvia por las alcantarillas. Y días que no se olvidan.
Hoy estoy en cama, con gripe. Triste por no poder ir a trabajar.

2 commentaires:

Anonyme a dit…

Que te mejores!

Anonyme a dit…

me gustan las dedicatorias, y suelo hacer para los cumpleaños una especie de tarjeta de cumpleaños para que cada uno deje la suya al homenajeado, pero sin duda, "les georges" superan a cualquiera.

tu encuentro ha sido totalmente fortuito, pero sin duda que me encantará leer continuamente tus "afaires"(creo q se escribía así) por la ciudad que se soñó desde Casablanca tantas veces.

No sé que tiene París que siempre es la deseada París.

Saludos