24 janvier 2005

About me (or not)

Nunca pensé que lo más difícil de la comunicación con otras personas por la red sería establecer mi identidad. Mi edad, mis conocimientos, mis gustos o las fotos de este blog parecen estar bajo sospecha permanentemente, desde el principio, lo mismo que mi reacción ante lo que dicen los demás. Lo primero me preocupa menos, la verdad, pero lo segundo resulta agotador.
Y, aunque pueda parecer lo contrario, este post no es una queja. Quienes hablan conmigo por messenger o escriben comentarios en mi blog suelen ser personas encantadoras, que me dicen cosas muy emotivas (algunas las guardo en el corazón, como una espinita dulce y cariñosa). Estoy segura de que estas personas, que saben quienes son (lo sabéis, ¿verdad?), me estiman tanto como yo a ellas. Pero otras, las que aún se cuestionan seriamente si soy o no la chica de las fotos que pongo, o si prefiero seguir mi vida de estudiante-trabajadora en vez de ser una famosa del pop y ganar mucho dinero o, simplemente, si me invento una vida cotidiana llena de cosas extravagantes (sic) lo tienen fácil: basta con que dejen de comunicarse conmigo, por ser una farsante fabuladora. Es bien sencillo y no precisa dar explicaciones ni pérdidas de tiempo innecesarias ante frases como "¿que estudias y tienes un buen trabajo?, es raro, pero bueno", o "¿todas tus fotos son así, no tienes una normal, soplando velas en un cumpleaños?", etc, etc.
Y, por favor, no hay acritud en estas palabras; si acaso, un poco de agotamiento.

Canción para este post: Brilliant disguise, Bruce Sprigsteen.

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